Los buenos propósitos – Quinta Parte y Final

Los buenos propósitos - Quinta parte final

Otros aspectos que pueden influir sobre el cambio

Hemos visto el proceso del cambio. Pero hay determinados aspectos que aún no hemos considerado, y que pueden influir positiva o negativamente. 

La personalidad

Las personalidad es una forma más o menos estable de ver la vida y de comportarnos. Es algo que tiene ciertos rasgos genéticos, pero también mucho de aprendido. Sin entrar en pormenores valga decir que una de las teorías clásicas más aceptada es la de los Cinco Grandes Rasgos (“Big Five” en inglés). 

Esta teoría determina que la personalidad de cada uno es el resultado de la interacción de 5 rasgos o características. Estos rasgos oscilan entre dos polos o extremos opuestos. Aunque pueda parecer que existe un extremo mejor que otro, la realidad es que las características de cada rasgo hacen que las personas se adapten mejor o peor a las circunstancias en que viven. 

En la siguiente tabla pueden verse los 5 rasgos en inglés, castellano y las siglas (forman la palabra OCEAN), así como los extremos entre los que oscila cada rasgo.

Nombre en inglés Sigla Nombre en castellano Extremo A Extremo B
Openness O Apertura a la experiencia Consciente/ Cauteloso Inventivo/ Curioso
Conscientiousness C Escrupulosidad Descuidado/ Relajado Eficaz/ Organizado
Extraversion E Extroversión Solitario/ Reservado Sociable/ Extrovertido
Agreeableness A Amabilidad Desafiante/ Compasivo Amigable/ Independiente
Neuroticism N Neuroticismo Sensible/ Nervioso Seguro de sí mismo

Las personas que tienden a lograr su metas son aquellas con rasgos en el polo B en escrupulosidad (eficaces y organizados) y neuroticismo (seguros de sí mismos), con independencia de su apertura de mente, extraversión o amabilidad. 

La atribución de nuestros éxitos o fracasos. 

¿Por qué tenemos éxito o fracasamos en algo? La respuesta da para un gran debate, pero son varios los psicólogos que se han planteado esta cuestión.

Julian B. Rotter fue un psicólogo americano de mediados del siglo pasado, que ofreció una teoría sobre la personalidad denominada “Locus de Control”. Según este autor, las personas tendemos buscar la causa de aquello que nos sucede. Existirían 2 tipos de personas, en función a su locus: 

  • Locus interno: son aquellas personas que tienden a responsabilizarse de lo que les sucede. En un ejemplo referido a un accidente de circulación, una persona con locus de control interno referiría que “iba muy rápido, no estaba atento, me despiste”. Vemos que el origen del accidente se encuentra dentro de la persona. 
  • Locus interno: son aquellas personas que responsabilizan otros motivos externos a ellos mismos. En el mismo ejemplo, alguien con un locus de control externo referiría: “la carretera está en mal estado, no se veía la señal de tráfico, la otra persona conducía mal”

Siguiendo esta teoría, las personas con un locus de control interno suele lograr alcanzar más sus metas, puesto que se hacen responsables a ellos mismos. Las personas con locus de control interno suelen sentirse “marionetas” en manos ajenas, no controlan lo que les sucede puesto que depende de los demás, y logran sus metas en menor cantidad que los que disponen del locus de control interno. 

Posteriormente, el psicólogo estadounidense Bernard Weiner (actualmente cuenta con 86 años), ha propuesto un modelo más complejo que el del locus: el modelo motivacional de Weiner. Según este autor, existen 3 dimensiones polarizadas que justifican por qué las personas nos comportamos como lo hacemos. 

Estas dimensiones son:

  • La localización, que se refiere al Locus de control de Rotter, y por ello puede ser interna o externa.
  • La estabilidad, que varía entre la total estabilidad hasta la completa inestabilidad
  • La capacidad de control, que oscila entre una plena capacidad de control de la situación frente al descontrol completo. 
Weiner. Según este autor, existen 3 dimensiones polarizadas que justifican por qué las personas nos comportamos como lo hacemos.

En función de estas dimensiones, en cada circunstancia encontramos 8 posibles situaciones. Sin entrar en pormenores, siguiendo este modelo, las personas con mayor posibilidad de alcanzar las metas planteadas serán aquellas que tengan un locus interno, que consideren la situación como estable y con elevada capacidad de control. 

Y tú, ¿a qué atribuyes tus éxitos o fracasos? 

Otros aspectos que modulan la motivación

En general, la motivación es fundamental en un proceso de cambio. A pesar de ser un aspecto crucial, resulta difícil especificar qué hace que nos motivemos o no. Existen numerosos factores personales como el motivo de logro, la gestión de las expectativas, el sentimiento de autoeficacia, el origen de la motivación, el esfuerzo para alcanzar una meta, el tiempo necesario para obtener un premio, etc. que interactúan.

El motivo de logro

Es un aspecto de la personalidad, difícil de identificar en la teoría de los 5 grandes rasgos. Suele valorarse en otras teorías. Sencillamente decir que existen personas que tienden más a buscar el éxito que otras. Estas personas suelen tener más tesón, les cuesta más desmotivarse, buscan de manera más activa alcanzar las metas, y requieren alcanzar éxitos para sentirse bien. Estas personas llevan mal el perder en los juegos, rivalizan con los demás jugadores, a veces son agresivos en los juegos…

Las expectativas

Son ideas sobre cómo se desarrollarán los acontecimientos futuros. Existen muchas formas de gestionar las expectativas:

  • Respecto a la cantidad de detalles de las expectativas: Existen personas que ofrecen un número muy elevado de características de esas metas, frente a otras con expectativas muy sencillas. 

Por ejemplo, una persona con una expectativa muy detallada sobre su próximo cumpleaños planteará que vendrán tantas personas, que jugarán a tales juegos, que recibirá determinados regalos, etc. Otro sencillamente se planteará que lo pasarán bien. 

Cuanto más detalladas sea una expectativa, más difícil será alcanzarla, puesto que existen más probabilidades de que fallen cosas. Este tipo de persona puede entristecerse más fácilmente, puesto que no se han cumplido todas sus expectativas. 

La creatividad está muy relacionada con la generación de expectativas. 

  • Las expectativas pueden ser realistas o no. Cuanto más madura es una persona, más realistas suelen ser sus expectativas. Los niños y niñas suelen defraudarse más fácilmente, al no ver satisfechas sus expectativas irrealistas: “no ha venido supermán a mi fiesta”.
  • Las expectativas pueden ser alcanzables o inalcanzables. Esto genera varias maneras de afrontar la consecución o no de las metas y sus expectativas asociadas. Por ejemplo, fracasar ante una meta inalcanzable puede suponer una desmotivación leve (“al fin y al cabo nunca iba a alcanzarla”) o, al contrario, suponer un empeño superior: ciertas personalidades, cuando suspendieron una asignatura o al recibir la crítica de un profesor, sintieron un deseo imparable de autosuperación. De igual forma sucede en algunos casos de personas que sufren accidentes o padecen enfermedades y ven en sus limitaciones metas que superar. 

Por otro lado, alcanzar una meta alcanzable, en algunas personas supone una frustración completa, puesto que son incapaces de ver más allá, de plantearse nuevos retos. O algunas personas, al alcanzar una meta no son capaces de valorar su esfuerzo, y comentan cosas como “que si lo he alcanzado no era difícil, no valía la pena, para qué me he esforzado” y se desmotivan. 

  • En general, la motivación relacionada con las expectativas se puede explicar por medio de la curva de la motivación y el esfuerzo, que veremos luego

El sentimiento de autoeficacia

Numerosos estudios han demostrado que, las personas que se han enfrentado a una tarea y la han superado afrontarán las siguientes con más optimismo, puesto que su sentimiento de autoeficacia sale reforzado. Este sentimiento forma parte del área personal, lo que genéricamente se denomina autoestima. Esta suele ir forjándose en función de las experiencias vividas. Las personas que elevados sentimientos de autoeficacia suelen enfrentarse más a retos, que superan o no. Pero que cuando son superadas provocan un aumento de la autoeficacia, y así en un constante círculo virtuoso. Las personas que se percibe como poco eficaces suelen afrontar menos retos, lo que les expone menos fracasos, pero también menos éxito. De esta manera, quien se siente poco eficaz tendrá menor probabilidad de obtener una mejoría en su eficacia. Esto se perpetúa en un círculo vicioso: no me arriesgo, recibo menos refuerzos hacia mi eficacia, no me siento eficaz, no me arriesgo. 

El lugar de lo que nos motiva

Solemos recibir refuerzos o castigos siempre que hacemos algo. Por ejemplo, el aplauso de los compañeros ante una exposición exitosa es un ejemplo de refuerzo social externo, es decir, es una motivación externa. Frente a esta fuente de motivación existe la motivación interna. Se han revisado en el apartado de los reforzadores los motivadores internos. Cabe plantearse qué resulta más motivante. A lo largo de toda la investigación sobre el aprendizaje, se ha ido viendo que los motivadores (premios y castigos) externos son interesantes al comenzar un proceso de cambio, pero que con el tiempo pierden eficacia. Los adultos debemos aprender a manejar los motivadores internos, que finalmente son los que impulsan nuestras conductas. Esto es algo que se debe enseñar a los menores de edad. 

El esfuerzo necesario para conseguir una meta

A comienzos del siglo pasado, Robert M. Yerkes y John D. Dodson establecieron lo que se conoce como Ley de Yerkes-Dodson. Esta ley establece que el rendimiento de las personas en una tarea (desempeño) está directamente relacionado con la excitación que supone (motivación), pero sólo hasta cierto punto. Según estos psicólogos, cuanto más nos incentiva una tarea, mejor será el desempeño, puesto que usaremos más recursos cognitivos. Pero cuando la tarea se vuelve demasiado compleja, la motivación disminuye, y con ella el desempeño. En este caso el esfuerzo percibido es la clave de la motivación: si proponemos una tarea muy sencilla, no nos sentiremos incentivados y la motivación será baja. Si la tarea es excesivamente compleja, el esfuerzo necesario será tan elevado que apenas nos sentiremos motivados para desarrollarla. El punto máximo entre motivación y rendimiento se encuentra cuando el esfuerzo percibido es medio. 

Beneficios a corto, medio y largo plazo

Cuanto más alejado temporalmente se encuentre el premio, menor será la motivación. Por ejemplo, si nos prometen una bicicleta si aprobamos un curso completo, estando en septiembre, la motivación puede flaquear a lo largo de todo el curso. Si nos ofrecen ir al cine si terminamos de recoger la cocina, trabajaremos rápidamente. Por este motivo, para mantener la motivación a lo largo de un proceso de cambio, debemos de programar refuerzos intermedios. Si además son cada vez más gratificantes, mayor será la motivación. 

Conclusiones

Como se ha visto, las personas tenemos problemas y queremos cambiarlos. Lamentablemente nuestro cuerpo juega en nuestra contra, y alcanza el cambio no es algo sencillo. 

El proceso de cambiar ha de estar muy bien planificado. Lanzarse a cambiar de cualquier manera está abocado al fracaso casi seguro. Resulta interesante comenzar conociendo en qué fase de la rueda del cambio nos encontramos. Posteriormente, antes de cambiar deberemos de plantear exhaustivamente todo el proceso, siguiendo las fases que se han visto: definir el problema, plantear metas finales e intermedias, buscar soluciones y organizar el proceso, aplicar las soluciones y, finalmente, revisar los resultados. 

Además de todo esto, puede ser interesante conocernos un poco más en profundidad, valorando en nosotros ciertos aspectos, como la personalidad, nuestro motivo de logro, nuestro manejo de las expectativas, etc. 

Siguiendo estos pasos, el éxito está más cerca. Pero como dice el poema de Machado: “Caminante, no hay camino, se hace camino al andar”. 

Adelante caminante, ¡a cambiar!

Proverbios y cantares (XXIX)

Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.

Resumen de las estrategia para alcanzar nuestros objetivos

De cara a ayudarte a valorar si estás preparado para el cambio, comprueba las siguientes afirmaciones:

  1. He reflexionado sobre mis pensamientos y conozco en qué punto de la rueda del cambio me encuentro. 
  2. He respondido a las preguntas claves QQPPCCCD para definir mi problema
  3. He formulado mi problema de manera exhaustiva y cuantificable
  4. He respondido a las preguntas claves QQPPCCCD para definir las metas
  5. He definido mi meta usando la técnica SMART 
  6. He determinado medias intermedias usando la técnica de la escalera del cambio
  7. He usado la técnica de Brainstorming para generar posibles soluciones
  8. He usado una lista de pros y contras o la técnica de fuerzas de K. Lewin para verificar qué soluciones serán las más interesantes
  9. He planteado la fecha en la que comenzar mi proceso de cambio.
  10. He observado mi problema y tengo clara la línea base 
  11. He temporalizado el avance en base a las metas intermedias
  12. He planificado qué reforzadores usaré cuando vaya alcanzando las metas intermedias
  13. He valorado varias soluciones y qué otras usaré si las primeras no funcionan 
  14. He valorado profundamente el origen de las posibles caídas y recaídas y conozco qué hacer si se producen. 
  15. He planificado una fecha tope en la que dar por concluido el programa del cambio
  16. He valorado otros aspectos fundamentales que influyen en la motivación, como la personalidad, la atribución de causalidad, mi motivo de logro, la gestión de las expectativas, entre otros. 
  17. Cuando finalice el programa del cambio, sabré valorar los avances y replantear posibles cambios
  18. Me siento preparado y puedo cambiar

Continuara… No dejes de ver las actualizaciones en nuestro blog.

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