10 fallos que dificultan adaptarse al trabajo o colegio tras las vacaciones

Si buscamos que nuestros hijos regresen a sus actividades escolares o al retornar al trabajo, existen una serie de errores que es mejor evitar:

1. Hacer un cambio brusco. Es mejor hacer una adaptación paulatina a los horarios y rutinas laborales o escolares.
2. Dejarse llevar por la apatía. Volver al trabajo o al colegio supone un cambio en nuestra vida. Rechazarlo y no buscar adaptarse provocará que nos va a costar más. Debemos aparcar la apatía y la desgana.
3. Maximizar los síntomas de estrés. Cuando pasamos de la inactividad vacacional a la actividad escolar o laboral, el cuerpo se resiste y aparecen algunos síntomas de estrés, como tener más o menos sueño, tener más o menos apetito, sentirse más cansado y nervioso, algún dolor leve estomacal o de cabeza. Es normal. Y remite, habitualmente, a los poco días de retomar las nuevas rutinas. Pero centrarnos en estos síntomas agravará el malestar
4. Dejarse llevar por las expectativas negativas: Las expectativas son pensamientos que se centran en la forma en que creemos o esperamos se vayan a producir acciones o situaciones futuras. Es normal, antes de volver a la rutina laboral o escolar, pensar que nos va a costar e incluso rechazar el regreso. Centrarnos en estas expectativas hará que nos sintamos más nervioso y nos costará más adaptarnos.
5. No hablar. Hablar sobre lo que pienso, cómo me siento, la pena o agobio que tengo ante el regreso escolar o laboral ayuda a que nos sintamos mejor. Por el contrario, las personas que menos lo comparten, lo padecen en mayor medida.
6. Dar rienda suelta a los pensamientos negativos: Es normal tener emociones desagradables, como tristeza, miedo o algo de ira y pensamientos negativos al regresar al trabajo o al colegio. Pero debemos combatirlos con imágenes positivas. Por ejemplo, ante la idea de que no tendré amigos en la nueva clase, debemos pensar que seguro que hay algún amigo y que estar con personas nuevas permite que hagamos más amigos.
7. Pensar que nada va a resultar tan agradable y positivo como las vacaciones. Es cierto que el periodo estival es un momento cargado de emociones y situaciones positivas, como compartir tiempo con amigos, la ausencia de horarios, las actividades lúdicas, la felicidad de sentirse libre, etc. Sin embargo, un periodo de inactividad excesivo también resulta aburrido, y finalmente acabamos necesitando horarios y tareas. El regreso al colegio y a la actividad laboral supone retornar a esa actividad que, si bien es exigente, también debe de realizarnos personalmente y hacernos sentir útiles.
8. Centrarse en aspectos negativos del trabajo o el colegio, como la inutilidad, el agobio de los exámenes o los proyectos, los jefes y profesores o los compañeros. Si, de manera serena hacemos una valoración de los aspectos positivos y negativos del trabajo o el colegio y son más frecuentes los negativos, algo no va bien. Como adultos, debemos ayudar a nuestros hijos a ver la parte más positiva a corto y largo plazo del colegio y de estudiar. A nivel personal, el trabajo es una elección. Si resulta más negativo que positivo, deberíamos plantear un cambio.
9. Enfocar nuestra atención hacia las vacaciones pasadas. El pasado se ha pasado. Resulta agradable recordarlo, pero nunca a costa del presente. Debemos mantener una actitud centrada en el momento presente, único momento que realmente existe. Otra versión puede ser contar los días que faltan para las siguientes vacaciones. Una vez más, resulta agradable planificar viajes y excursiones futuras, pero no podemos vivir exclusivamente para ese futuro. Debemos tratar de valorar cada momento presente.
10. Evitar acudir al trabajo o comenzar más tarde las clases. Esto supone una evitación peligrosa, puesto que faltamos a nuestra responsabilidad. Hay que esforzarse sin dilación, con optimismo y energía positiva.