Aunque podría parecer que una “gordibuenas” o un “fofisano” son motes cariñosos, apelativos para designar modelos estéticos a seguir, la realidad es bastante diferente.
Los cánones de belleza son estrictos e inflexibles: juventud, cuerpos perfectos (y casi imposibles sin cirugía), abdominales como tabletas de chocolate, pechos turgentes, pieles sin arrugas, nada de grasa, músculos súper definidos, pesos ridículos…
Pero de vez en cuando una noticia en los medios de comunicación nos habla de cambios en la estética. Surgen modelos o personajes famosos que no se ajustan a esas normas. Y es precisamente por eso, porque son la excepción, que la regla queda confirmada. El mensaje tras las gordibuenas o los fofisanos es que estas personas son “raros”, tipos que luchan contra el sistema, personas cargadas de autoestima y una fuerte personalidad, que no temen ser “distintos”.
El mensaje que subyace refuerza por oposición los estándares de belleza a los que ya nos hemos referido. Así, el mensaje no es “es bueno ser gordibuenas o fofisanos”. El mensaje es “estas personas son raras”.
Pero, ¿cuál es la realidad? La realidad es que todos somos gordibuenas y fofisanos. Todos tenemos defectos. Nadie es perfecto. Así que, la excepción en realidad son los modelos divinos y perfectos (y por supuesto muchas veces tratados digitalmente) que aparecen en la publicidad. Esos modelos que los jóvenes (y cada vez más, lo no tan jóvenes) tratan de imitar.
Y esa búsqueda por ser como los modelos ¿a quién ayuda? Desde luego, al usuario de la calle, no. Este usuario, fofisanos y gordibuenas en su mayoría, ven reflejados su propia imperfección en la perfección de los modelos de la publicidad. Y eso supone insatisfacción personal. Y para resolver esa insatisfacción (originadas por una autoestima diminuta) nos gastamos millones en ropa, productos de belleza, dietas, tratamientos milagrosos, productos químicos, gimnasios, y cirugías
No queremos promover una revolución, tan sólo mostrar que “lo normal” es precisamente lo que en la publicidad se vende como la excepción.
Psicosol nace en Marzo de 2006 en Marbella como un Gabinete de Psicología para adultos. Pero pronto comprobamos que los más necesitados son los menores de edad.
La psicología en Psicosol tiene un papel fundamental. Sobre todo la que está orientada a los menores de edad y sus familias, es decir la psicología infantil y familiar. Psicosol es Centro Sanitario autorizado por la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía con NICA 31032.