Una vez llevada a cabo la terapia, si la situación realmente lo requiere, sugerimos ayuda profesional para llevar a cabo un proceso de mediación, por el que lograr una separación o divorcio lo más satisfactorio posible, en que ninguna de las partes termine con frustraciones o sentimientos de fracaso. Otra vez, aún siendo menores, recomendamos implicar a los menores, para que sean conscientes de la situación, y puedan dar sus opiniones.
Cuando la situación lo requiera, si la pareja se divorcia, debemos entender y procurar:
- Los menores serán siempre nuestros hijos/as, al margen de nuestra situación conyugal, por lo que ninguno de los progenitores debe desentenderse.
- Siempre serán nuestros hijos/as, y siempre deberemos velar por el bienestar infantil por encima del personal.
- A pesar de la situación, los dos progenitores han de consensuar numerosas decisiones, como el uso de teléfono móvil, los horarios durante las salidas, las excursiones, las amistades…
- Los padres deben evitar caer en la sobreprotección o en “comprar” el cariño de los hijos/as. Los hijos/as son muy inteligentes, y aprovechan la situación de los padres en beneficio personal, y chantajean a los padres, haciéndoles sentir culpable.
- Los padres han de hacer entender a los hijos/as que la situación que viven es exclusivamente consecuencia de los padres y que los hijos no son culpables, pero tampoco depende de los menores que puedan o no reconciliarse.
- Cuando existan diferencias conyugales, deberán resolverse entre los progenitores, sin sus hijos/as, para evitarles confusiones. Si fuera necesario se recomienda una tercera persona o profesional que facilite la mediación.
- Tranquilizar al menor respecto al futuro, realizando una programación que debe cumplirse, para aportarle estabilidad.
- Si los padres viven en casa diferentes, en ambas los niños han de sentir un hogar, para que no rechacen a ninguno de los progenitores.
- Se facilitarán los contactos con los demás familiares, al margen de la situación de los cónyuges.
- Si la situación resulta propicia, resulta más beneficioso para los hijos/as que los padres tengan pareja, y si surge, que se vuelvan a casar. La idea de “mantener la soltería” o incluso la “viudedad autoimpuesta” no resultan adecuadas.
Leer primera parte: Cuando el divorcio nos alcance – parte I
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La psicología en Psicosol tiene un papel fundamental. Sobre todo la que está orientada a los menores de edad y sus familias, es decir la psicología infantil y familiar. Psicosol es Centro Sanitario autorizado por la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía con NICA 31032.
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